Decoloración, el paso previo del color

La decoloración es el cincuenta por ciento del éxito del color definido.
Si se tiene el otro cincuenta por ciento asegurado con el producto (el 50 % artificial de la tintura), el color se va a balancear y a equilibrar con el nivel de decoloración. Por ejemplo, si se quiere llegar a una altura 8 y se llegó con la decoloración a un 7, es decir a un naranja, colocando una tintura 8 -que tiene una cantidad de pigmentos que neutralizan los amarillos, no los naranjas que tienen rojo- el color siempre va a quedar naranja.

Se piensa erróneamente que, tal vez, aplicando una tintura más clara, con agua de 30 volúmenes, se va a aclarar ese tono que falta y no es así: si no lo pudo la decoloración, no lo va a poder hacer la tintura. ¿Qué hay que hacer? Seguir decolorando hasta que quede el fondo amarillo para aplicar, luego, el 8. Hay que manejar, por lo tanto, las técnicas de la decoloración: hay que ver si se llega con una decoloración directa, si hay que volver a activar esa decoloración, si hay que limpiar la base y volver a aplicar directamente el producto fresco, etc.

Si se está sobre un naranja, por ejemplo, y queremos un 9 -que es un color mucho más transparente-, lo conveniente es enjuagar, sacar el producto que ya está vencido -es decir que no está actuando más-, enjuagar, secar con toalla y con el pelo húmedo continuar trabajando y poner el producto con la acción química máxima. Así se limpiarán bien los rojizos.
No se puede trabajar sobre ese producto que ya no actúa más y no enjuagar, porque de un naranja a un color manteca hay mucha diferencia, entonces se va a frenar muy rápido el producto. Por eso, estando frente a un naranja es conveniente enjuagarlo, secarlo y después aplicar el producto para que empiece nuevamente a activar con su acción máxima. Hay mucha gente que, en estos casos, tiene miedo de enjuagar. Pero hay que tener en cuenta que el agua es un elemento químico que no interrumpe el proceso, sino que sigue tratando la cutícula; no va a envainar el cabello en absoluto ni va a reducir la acción del oxidante.

A veces, cuando hay mínimas diferencias ni siquiera se vuelve a activar con un producto fresco, sino que se hace un decapage, que es mucho más suave.

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